Rompecabezas

Estoy armando las piezas de este rompecabezas que resulté ser. Ya tengo algunos bordes definidos, un poco de suelo verde y un cielo azul. Pero lo particular de este rompecabezas es que no todas las piezas tienen forma o color todavía.
Hay piezas que son un despelote borroso, esperando a ser desenredadas. Están sin resolver, y van cambiando del negro, al gris, al blanco… o al revés, hacia la oscuridad más hermosa. Un cambio constante que me ayuda a adaptarme, aprender y probar cosas nuevas.
Algunas están siendo custodiadas por otras personas, una parte de mí que les regalo cuando nos cruzamos, ya sea por un instante, unos días, unos meses o toda la vida. A algunas personas les doy apenas un “hola”, a otras mi amistad o mi respeto, a algunas mi amor, y a unas pocas, mi verdad más profunda.
Hay ciertas partes que no son mías, sino que les pertenecen a quienes entran en mi vida. Algunas se quedan en un rinconcito, casi imperceptibles, y otras brillan tanto que siento su calor sobre el alma. Algunas dejan marcas —raspones, rayones, cortes y heridas— que se transforman en cicatrices, tanto superficiales como profundas, como recuerdo del proceso de sanar.
Unas pocas traen lluvia, nubes y truenos, y otras, tierra embarrada y piedras cubiertas de musgo. Pequeñas piezas de la turbulencia, del caos que cae de rodillas en búsqueda de la paz. Un movimiento constante, como un río que fluye desde las sierras hacia la calma del lago. Un espejo de agua, tan quieto que parece congelado en el tiempo y el espacio.
Estoy armando las piezas de este rompecabezas que resulté ser. La imagen nunca va a estar completa, porque siempre va a haber una sonrisa más, una lágrima más, un miedo más, una alegría más, una persona más, un día más.

Did you enjoy my words?

Click on a star to rate it!

Average rating 0 / 5. Vote count: 0

No votes so far! Be the first to rate this post.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

error: Content is protected !!
Scroll to Top