No son solo marcas.
Son belleza sobre mi cuerpo
que puede no ser entendida,
que tendrá que luchar por su lugar
entre las críticas y las opiniones
que se soportan cada día.
No son solo marcas.
Son un camino de autodescubrimiento
de lo que estoy hecha por dentro,
de lo que me está dando forma,
de lo que quiero ser mañana.
No son solo marcas.
Son un principio y un final,
la pérdida del miedo,
y el descubrir que está bien
dejar que el dolor me encienda.