Arriba y abajo,
por dentro y por fuera,
envuelta y envuelta.
La presión, la fricción,
la belleza de los nudos,
dando forma al cuerpo,
la redondez recién descubierta
por la tensión que aprieta fuertemente.
Los colores claros cambiando,
evolucionando gradualmente hacia tonos más oscuros,
mientras mi corazón bombea y bombea
obligando a la sangre a encontrar otro camino.
La anticipación del final
cuando la cuerda es un desorden desatado,
y las marcas surcan la piel
una nueva yo, cada vez,
con todos los sentimientos cayendo en cascada en pensamientos
moviendo una pequeña pieza del rompecabezas
a su lugar.
Un abrazo reconfortante en medio de la tormenta,
la seguridad de redescubrir mi cuerpo,
la belleza de los muros cayendo…
cuando es correcto, los límites solo traen libertad.