UNO, dos, tres,
Las cuerdas exponiendo la redondez,
puntos imaginarios conectando el dolor
con la piel palpable
mientras la punta de mis dedos viaja
desde mi pecho hasta mi vientre,
de mi vientre a mi costado,
de mi costado a mis muslos.
Cerca, tan cerca—
la expectativa que ahora es necesidad.
Explora, explora,
pero no toques.
Uno, DOS, tres,
la humedad empapando la tela,
el aire abrazando mi cuerpo
como si fuera una caricia invisible
que viene de muy, muy lejos,
mientras las palabras se convierten en orden
y la orden se convierte en acción.
Sin dudas, sin vacilación,
la confianza explícita,
el punto brillante,
la prohibición del círculo rojo,
el fortalecimiento de la voluntad.
Uno, dos, TRES,
el final que aún necesita luchar
por su lugar en esta pequeña burbuja del mundo.
Finalmente, piel sobre piel,
dentro, fuera, frota, pellizca, frota, frota,
la mente viajando a un nuevo cielo,
la promesa de lo que está por venir.
De nuevo la necesidad, y la necesidad
marcando el tic, tic, tic del reloj,
el ritmo aumentando,
el susurro pidiendo permiso—
y entonces solo las estrellas…
Dos universos colisionando
y liberando toda la energía acumulada,
dolor y placer,
el renacimiento de la Esclava del Dolor.