Estar desnuda es más que una circunstancia.
No es la sencillez de quitarme una a una mis ropas
cada capa de tela, cada tira, cada retazo
hasta que lo único que me separe del aire que me rodea es mi piel…
estar desnuda no es no estar vestida.
Estar desnuda es más que estar expuesta.
No es para los demás ojos
que solo miran la superficie
buscando la gratificación inmediata de la explicites,
sin ver el tiempo detenido en mí.
Estar desnuda es dejar fuera
la distancia y los pensamientos,
es quebrar la corteza que el mundo ornamenta día a día
y sentir como fluye a veces gota a gota,
a veces como una cascada,
lo que me mantiene unida
y a la vez me desarma en mil pedazos.
Estar desnuda es más una circunstancia
y es más que estar expuesta…
es mi sumisión
mi masoquismo,
mi obediencia,
mi vulnerabilidad,
y mi raíz…
es el collar que pusiste alrededor de mi cuello.